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Este artículo reflexiona acerca de la identificación metonímica que se produce entre el cuerpo masculino y la comunidad vasca y cómo dicha identificación genera una exclusión sistemática de las mujeres de los espacios de protagonismo cultural. Para ello, va a analizar cómo se escenifica dicho protagonismo en el deporte de la pelota, un deporte que ha contribuido a conformar el imaginario vasco y cuya modalidad más popular es exclusivamente masculina. La pelota ha configurado las plazas de muchas villas y pueblos del País Vasco, así como física y moralmente los cuerpos emplazados en ellas. El lugar para el juego de pelota, el frontón, es el espacio que la comunidad vasca utiliza para ubicar sus eventos más significativos. La pelota es el juego prototípico de dicho espacio. Desvelando la cadena de significantes que genera su escenificación, es posible desvelar el imaginario que impide que las mujeres devengan protagonistas en el contexto de representación cultural vasca. El artículo incopora la historia de vida de una de ellas, la pelotari navarra Maite Ruiz de Larramendi, quien fue obligada a abandonar la pelota cuando era una niña, e intenta ofrecer algunas claves para interpretar otros casos que trascienden sus límites etnográficos, como el de la atleta surafricana Caster Semenya.

Year of Publication
2013
Journal
AIBR
Volume
8
Number
1
Number of Pages
83-110
ISSN Number
1578-9705
URL
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4656358.pdf
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