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La presente tesis doctoral aborda el estudio de las cerámicas esmaltadas de los alfares de Hellín durante los siglos XVII al XVIII. Estas producciones fueron demandadas por los habitantes de las tierras del Reino de Murcia e incluso traspasaron sus fronteras, llegando a otros reinos limítrofes, como Valencia o Toledo. Así figura en escrituras notariales y los materiales cerámicos custodiados en museos, fundaciones y colecciones particulares, muchos de los cuales están atribuidos a otros centros peninsulares. Los clientes fueron, sobre todo, el clero regular y secular, además de los concejos, las cofradías y diversos oficios, miembros de la sociedad civil, plateros, escultores, notarios, boticarios, médicos, junto con otros grupos sociales más modestos, los cuales las emplearon para su vida cotidiana. Los obradores se emplazaron en los barrios de la Cruz y de San Roque, ambos a las afueras de la villa de Hellín. En ellos familias de alfareros como los Lozano, los Zaragoza o los Padilla, entre otras, realizaron su trabajo con ayuda de los materiales como la arcilla, el plomo, el estaño o los óxidos colorantes. Sus producciones revistieron diversas tipologías, tanto de formas abiertas como cerradas. Unas destinadas a la vajilla de mesa y otras al aseo personal, además de otros usos como el religioso o el farmacéutico. También, aunque en menor cantidad, manufacturaron cerámica aplicada a la arquitectura, como la azulejería, las placas funerarias o las tejas vidriadas en blanco o en azul. Los motivos decorativos representados en las lozas fueron muy variados, siendo los temas vegetales los más abundantes, pero además, están presentes los zoomorfos, los paisajes, las arquitecturas, la heráldica, entre otros. Los repertorios se desarrollan en la loza bicolor (azul y ocre), en la tricolor (azul, ocre y manganeso) y en la monocolor, donde está presente únicamente el color azul cobalto sobre blanco. Se singularizan por presentar unas variadas e interesantes inscripciones, tratándose de una fuente de gran interés por la diversa información que proporcionan, las cuales sirven para conocer diferentes aspectos de la cultura y sociedad de la Edad Moderna. Estas lozas fueron representativas de un territorio: el Reino de Murcia, donde alcanzaron gran desarrollo y cuyos habitantes las apreciaron y las valoraron, formando siempre parte de sus ajuares. Los maestros alfareros mantuvieron durante siglos unas formas, y una técnica que ya ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en lugares próximos, como Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo, donde continúan activas, a diferencia de Hellín, circunstancia que ha llevado a reivindicar la memoria del quehacer destacado que detentó dicho centro en esta tesis doctoral. |
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